miércoles, 1 de diciembre de 2010

DECISIONES


Ejercicio elemental de la vida, desde siempre, desde que estamos en este mundo, para bien o para mal, para optar por tal o cual camino, tomamos decisiones a cada paso, a cada momento, y es que aun el permanecer inmóvil es una decisión. Consciente o inconscientemente optamos por algo, por alguien, asumimos riesgos o los eludimos, nos esforzamos mas, peleamos, hacemos la lucha o dejamos que todo se caiga y se derrumbe a nuestro alrededor.
Decisiones, aquellos momentos de barajar nuestras cartas, de sopesar las circunstancias o las consecuencias, invertir o no, apostar o no, hacer u omitir, opinar o callar, obedecer a los impulsos o ser racional a ultranza, ser decente o pasarse la ética por las glándulas.
Decidir, optar, descartar, asumir… cuantas infinitas formas toma ese DECIDIR ¿Cuánto cambia alrededor nuestro? ¿Qué consecuencias esperar? ¿Qué frutos esperar? ¿cambiaré el curso de la historia? ¿cambiaré el curso de mi propia historia? Nada está dicho, no hay garantía de nada, no hay nada que te asegure que las cosas saldrán como las piensas o las planeaste, solo podrás tener la convicción que tomaste decisiones, tus decisiones, que nadie decidió por ti, escuché alguna vez a alguien decir que muchas cosas suceden porque nosotros decidimos que sucedan, o siendo mas precisos: dejamos que sucedan. No protestamos ni impugnamos, dejamos ser, y eso también es expresión de voluntad, así, la real lectura será que no te han maltratado, sino que dejaste que te maltrataran, que no te engañaron, sino que dejaste que te engañaran. Ojalá esa lógica se aplicara también a lo positivo, terminaríamos convenciéndonos que no te amaron, sino dejaste o permitiste que te amaran, que no te dieron oportunidades, sino te las diste tu mismo, decidiste que así fuera, así y mil ejemplos.
Decisiones, ¿ejercicio racional o instinto?, la acción o la inacción, igual algo se modifica, todo es dinámico, algo cambia, algo muta, crece o se extingue, nada permanece igual ni estático.
He decidido ser mas consciente de mis actos –léase: decisiones-, el instinto no siempre me ha dado buenos réditos, parece que las evaluaciones son una constante en mí y me cuesta, vaya que me cuesta, sobre todo porque soy proclive a revisar lo hecho y lo dicho y sustraerme a veces a los arrepentimientos, no debería, lo sé, pero suele ser una decisión crónica, arrepentirme, pesarme, porque a veces son mucho mas notorios los yerros y eclipsan lo mucho o poco que se haya andado bien –que ya es un camino largo y logro en si mismo-, aunque, superar tormentas también me ha hecho conocer la calma que las precede y les sucede, y si algo he aprendido es que cada revés es una lección de esas con golpe y todo y le toca a uno aprenderla o ignorarla, y decido lo primero.
Decisiones a fin de cuentas, asunto de cada uno, triunfo de cada quien.

YA TE EXTRAÑO

Pareciera que no hay nadie, ni una sola persona en mi entorno que pudiera terminar de entender la dimensión de este particular univ...