Muchas ideas,
palabras, sensaciones, conceptos, imágenes, voces familiares, todo ello se
agolpa en mi cabeza, resetea mi memoria, hace caer por instantes mi sistema
operativo, a lo que le sigue una opresión al pecho. Hoy no es un día
cualquiera, hace cuatro años ya que nociones del tiempo se relativizan, que
imágenes de “antes” las veo como en el trailer de una película antigua, de esas
que se rescatan de un desván, cuyos sonidos aparecen como con eco, como si se
perdieran en un túnel que nos alejan del objetivo visual.
La luz, la luz…
siempre he asociado la luz a la energía, al inicio de un nuevo día, o a la
luminosidad de los grandes espacios abiertos a los uno emerge luego de un
prolongado letargo, algo debe tener que ver el que prefiera el día a la noche
en casi todos sus aspectos.
Hace cuatro años a
estas mismas horas (escribo estas líneas siendo las 14:52 pm) después de haber
cumplido por la mañana con mi turno de guardia familiar en el hospital, yo
había vuelto a la casa de Los Tulipanes
para darme un duchazo y almorzar, estaba en lo de almorzar justamente mientras
conversaba con mi hermana y mi sobrina, cuando de pronto empezó a sonar mi
celular, siguió una secuencia de llamadas in crescendo de mi hermano a quien
dejé la posta de la guardia en el hospital; la primera llamada fue para decir “Papá se ha puesto mal, vengan”, la
segunda, imperativa para decir “Apúrense,
apúrense, Papá se ha puesto muy mal”, y cuando cerrábamos la puerta tras
nuestro y nos disponíamos a buscar un taxi, la tercera llamada dejo escuchar la
voz de mi hermano ya abatido que solo atinó a balbucear “Papá se acaba de ir”.
Son las 15:00 pm de
hoy 18 de Febrero de cuatro años después, aún duele y de seguro dolerá por
siempre.
Ausencia física,
presencia eterna, los planos de la existencia son muy complejos e
indescriptibles, todo es relativo, una vida es un minuto, un hace tiempo es
apenas un ayer.
Te echo de menos
viejo, como siempre digo, me haces y nos haces mucha falta, nada es igual desde
que te fuiste y es que no podría serlo, estás en cada gesto de mí mismo en que
te reconozco, estás en todo aquello que no se puede ver ni se puede tocar,
estas en los conocimientos y en nuestras experiencias, en todo aquello que
queremos volcar en quienes nos siguen. Algo de ti seguirá corriendo en nuestras
venas, algo de tu luz y tu energía hará
chispas y conexiones en nuestro interior.
Son las 15:15 pm, la
opresión del pecho se disipa, las imágenes saturadas de luz con grano de
película en la pantalla más grande, me permiten ver tu rostro y tu silueta como
un halo en medio de un jardín en Huánuco, te veo con tus lentes photogreen y
escucho tu voz, de verdad escucho tu voz: “Estoy
muy feliz”. Me quedo con esa imagen, me quedo con ese fragmento de voz y de
mirada… ¡Mi viejo está feliz !!.
2 comentarios:
Martin tintin acabo de leer y me trae todos los recuerdos, siempre estará con nosotros tu papá, el gran tio Luu
NUNCA OS ABANDONÓ, SIEMPRE ESTÁ JUNTO A VOSOTROS...
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