Un
momento emocionante, memorable, ya era de noche en ese martes 3 de Mayo de
1988, los megahertz de nuestro potente transmisor empezaban a copar nuestra
antena y ésta comenzaba a propalar su señal a todo el valle del Huallaga.
En
la cabina principal todo era expectativa, encendida la consola y sus mil
perillas y botones, uno de los tornamesas girando, el play de honor vendría de
los surcos de un long play que presto trajo Lino Campos, a la sazón, Director
de la Radio y quien se encargaría del bloque latino caribeño de la programación
(léase: salsa, merengue etc y todas sus variables), la funda de aquel disco llevaba
una ilustración en fondo gris acero… con una guerrero blandiendo sus espada y
un colosal dragón tras suyo, era el álbum Back to Work de la Sonora Ponceña,
los primeros acordes empezaron a sonar, era “Canción”, la versión salsa del
gran tema de Pablo Milanés.
De que callada manera, se me adentra usted
sonriendo, como si fuera la primavera y yo sonriendo…
La emoción fue generalizada, abrazos, un “lo hicimos” colectivo, era un hito,
un antes y un después, luego de todo un tiempo de preparación tanto en la
infraestructura en una construcción de tres pisos, con área de producción,
cabinas de transmisión, de administración, archivo, etc, casi todo
autogestionado y autoconstruido con excepcional eficiencia y funcionalidad, en
todo un profesional trabajo previo de lo que sería la programación y el staff
de locutores, productores, periodistas y técnicos. Y estábamos todos ahí,
celebrando ese momento histórico para nosotros.
Los
siguientes día fueron de ajustes y de poner todas las cosas a punto, para
oficialmente lanzar la programación el siguiente lunes, en mi caso me incorporé
a la radio apenas un mes previo donde bajo la batuta de Grover Bravo
practicamos y pusimos a punto lo que sería el bloque juvenil de rock y pop de
la tarde, con lo cual se cerraba todos los espacios. La aventura radial había
comenzado. Como empresa, el emprendimiento correspondía a un hoy ausente Juan
Siu Chiu y Alex Joy, quienes habían experimentado antes con una agencia
publicitaria bajo el mismo nombre que llevaría la radio; la programación
inicial abarcaba todo los campos y satisfacía todos los gustos, desde las 6:00
am, la voz de Rolando Holzmann Nano identificaba la presentación de la
programación (así como el cierre y la voz en off de las cuñas principales), se daba paso a un espacio de
música latinoamericana; a las 7:00 Estudio 5 Al Día, el espacio periodístico a
cargo de Rubén Valdez quien años más tarde tomaría la posta en la dirección de
la radio y haciendo su propia historia en adelante, al inicio compartimos el
papel de relatores José Martín Gómez y por un corto tiempo María Elena Horna;
tiempo mas tarde se nos uniría una grande de la comunicación y de la difusión
de la cultura Pilar Trujillo Martell; el noticiero también fue el espacio
natural para Pedro Gonzáles Saldaña entre otros; culminadas la noticias
alrededor de las 9:00 era el turno de Grover, con su espacio que iba hasta las
12 m con música variada y concursos orientado a todo público; Grover Bravo
estaba a cargo también del espacio de música romántica “Rompiendo Corazones”
que iba desde las 9 pm; a las 12 del mediodía llegaba Moisés Gómez Isla con su
“Mediodia Criollo”; a la 1:00 pm se hacía un break con música instrumental
“Melodías” con música programada por el propio Juan Siu; a las 2:00 pm era mi
turno, en el espacio que había sido concebido por Grover, eran tres horas de
rock y pop y concursos orientado al público juvenil “Burbujas” el programa con
música efervecente como rezaba el slogan, y dentro de él, microprogramas como Nexo Rock Perú para difundir las propuestas de rock nacionales y locales; a las 5 pm,
llegaba Lino Campos García con su “Studio Latino”.
Los
fines de semana, se hacían programas en dupla, como el que hacíamos con Grover
y nos encargábamos de concursos y llevar adelante el ranking semanal, la
elección de la Top 5 de la semana.
El
equipo de la radio lo completaban en esos comienzos nuestra amable atenta y solícita
secretaria Mercedes Ascaño que se convertiría en engreída de los escolares y
universitarios; en la parte técnica llegó Charly, y después se nos unió
Willmerth Canteño quien le seguía los pasos a Rolando quien era todo un capo en
la edición; recuerden que eran tiempos de tecnología análoga, así que esa labor
era todo un arte realmente; también se nos unió a la radio en la conducción
Neto Villayzán, entre otros destacados elementos que aportaron su talento y
conocimientos.
Días
de radio, tiempos geniales, creando programas, haciéndolos realidad, produciendo
nuestro propio material publicitario, creando gingles y campañas, sobre todo
con Grover y Rolando, compartiendo con nuestros oyentes / amigos cada momento
especial, recibiendo sus cartas con sus
pedidos, y al cumplir nuestros aniversarios, compartir con ellos con nuestras
Bicicleteadas de la Amistad, o La Noche de la Radio, eligiendo a la Chica de la
Radio, y disfrutando de la música que solo se escuchaba en nuestra señal
gracias a toda una cadena de corresponsales amigos en muchas partes del mundo (Victoria Ramírez en Santiago de Chile, Oscar Scirocco y Marcia Rago en Buenos Aires, solo por citar unos ejemplos),
que nos proveían de los éxitos de sus respectivos países, material de primera mano que muchas veces tardaba mucho
tempo en ser escuchada en Lima o simplemente no llegaba al Perú, eran algunas
de las cosas que caracterizaban a Studio 5.
Así
nació la radio, ese fue el punto de partida, así empezó aquella aventura de las
comunicaciones, desde la cual han transcurrido 28 años, y aunque lo mío siga
siendo el rock y todas sus símiles, siempre resonará en mi memoria aquella
melodía en clave de salsa que marcó el chispazo inicial de la señal de los 97.7
mhz, esa poderosa “canción” que simboliza todo lo hecho y quienes fueron sus
protagonistas.
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