jueves, 11 de diciembre de 2008

AYHUALLÁ (canción de despedida)

Los ciclos son etapas, son vueltas de un espiral que es la vida misma, somos concebidos, nacemos, crecemos, nos alimentamos, aprendemos, socializamos, nos enamoramos, nos reproducimos, nos enfermamos, envejecemos y morimos. Entre momento y momento cumplimos ciclos intermedios, con retos y eventualidades a los que hacemos frente, buscando cumplir las metas que nos planteemos, planificando los esfuerzos, cumpliendo nuestros objetivos.
Dicen que las carreras hay que correrlas, sudarlas, lucharlas día a día, y al llegar al final de la jornada o al final del camino, o al tener que cerrar cada etapa debemos hacer balances, hacer estadísticas introspectivas de todo lo hecho, de todo el camino recorrido y después, con renovada piel y energía enfrentarse a lo que puede ser un nuevo ciclo de lo andado o dar un giro radical a nuestros pasos y enfrentar mas retos, irse lejos para empezar de cero o crecer en lo que ya estés haciendo. Cada una de esas etapas, cada fin de ciclo será una despedida, será un “ya me voy”, como el Ayhuallá (*) que bailan los Negritos de Huánuco al terminar la temporada de cofradías de fin de año e inicio del siguiente. Nos despojaremos de nuestros atavíos y ejecutaremos la melancólica danza del adiós, siendo uno solo en el abrazo con quienes nos acompañaron en la brega renovando la promesa de un próximo reencuentro y guardar en la mente, el alma o el corazón ese momento irrepetible.
A esa reflexión me lleva la proximidad del fin de año, de la expectativa de lo que deparara el nuevo año, tengo la certeza que mis esfuerzos y mis ganas serán plasmados en nuevos logros, en nuevas satisfacciones, me plantearé nuevos retos y me desafiaré a mi mismo para lograrlos, sonreiré más, renegaré menos; antes, al final de este período solo diré “ya me voy” con esa tristeza que suele mutar en alegría, bailaré mi propio ayhuallá como catarsis, y como promesa de todo lo bueno que hay en la otra vuelta del camino.
.
(*) Ayhuallá, baile de despedida cadencioso y melancólico que ejecutan los integrantes de las cofradías de danzantes denominados “Negritos de Huánuco” al terminar su temporada de bailes y adoración del Niño Jesús, en el cual se despojan de sus trajes y máscaras tradicionales.

2 comentarios:

Francisco Araniva dijo...

En la vida todo es cíclico y todo es por etapas, si una etapa se cierra otra inmediatamente se abre y tenemos que superar la pasada y vivir la presente, llevando con nosotros mismos las experiencias de todas nuestras etapas.

Gracias Manfredo por comparar las etapas con esa danza tradicional de la tierra de los Incas, el Ayhuallá, nuestros pueblos latinoamericanos llevan las tradiciones y el sincretismo en su sangre con siglos de tradición, excelente que compartas esos aspectos culturales de Perú.

milk dijo...

Mi querido primito, primito por ser uno de los menores en la familia, trato de leerte siempre y esta vez escribo por que tienes toda la razón al dejar por terminada una etapa en nuestra vida debemos aprender a decir Ayhualla, como nuestros queridos negritos para luego volver a ponernos nuestros trajes de luces y volver a enfrentar otra etapa. Te quiero mucho Martin, un abrazo a la distancia
Vicky

YA TE EXTRAÑO

Pareciera que no hay nadie, ni una sola persona en mi entorno que pudiera terminar de entender la dimensión de este particular univ...