miércoles, 26 de febrero de 2014

Hubo una vez un crío...

Hubo una vez un crío que vio la luz en Huánuco un vigésimo sexto día de febrero, robusto y rosado, silente y dócil en contraste con su hermana predecesora un torbellino de energía dos años mayor.
Hubo una vez un bebe, que con mirada entrefija balanceaba su cuerpo tántricamente sentado en su cama - cuna mientras armaba y edificaba dios sabe que cosas con unos cubos de madera que le había pintado su padre. El mismo bebe que en esa misma cama – cuna ensayaría sus primeras desconcertantes performances en marrón o beige.
Hubo una vez un párvulo que ponía de vuelta y media a su madre al treparse a los aviones con sus frascos de mantis religiosas o papazos esos negrísimos escarabajos con cuernos que orondo los lucía bien prendidos también de su propia ropa, explicándonos a sus espantados mayores con científica pasión la naturaleza y gracia de tales bichos.
Hubo una vez un niño de andar pausado y permanente sonrisa que aparecía en mi cuarto a medianoche mientras escribía solo para decir con el más marcado y cantado de los acentos pucallpinos “Tío, yo te quiero mucho…“ y en esas noches de verano se quedaba sentado a mi lado acompañando mi insomne escribir.
Hubo una vez un adolescente compinche con quien devorábamos pizzas enteras en pocos segundos y coronaba cada de esas jornadas diciendo “nunca subestimes el apetito de un adolescente”
Hubo una vez un joven escolar que lo dibujaba todo, que lo pintaba todo, que lo retrataba todo, y atrapada imágenes e instantes de la vida de la gente en trazos de carboncillo, lapicero o cualquier elemento que proporcionara color, sobre un papel o un lienzo.
Hubo una vez un joven que empezó a crecer en estatura tan alto como sus propios sueños, que creyó en aquellos sueños y pintó y pintó lo indecible para ganarse los boletos a sus destinos de enseñanza y crecimiento.
Hubo una vez ese joven que se afincó en la tierra de Sorolla, de Velásquez, de Goya, la tierra de pintores, donde sudor y talento le hacen un espacio en su ahora tierra de pintores.
Hoy, hay un hombre que pinta y piensa, que piensa y pinta y hace pensar desde su barrio allá en el mismo del de Francisco de Goya, en aquella Quinta del sordo, que ahora también es del Erick.

Felices 32 mi sobrinazo artista y mejor persona, lejos, más allá, a la distancia de un continente y océano enteros de por medio, pero presente siempre en casa.

9 comentarios:

Ana Sofia dijo...

Gracias tio , cada etapa de vida de mi hermanito descrita de la mejor manera...un beso grande para los 2 los recontra quiero .

Beye dijo...

TINCITO QUERIDO:
UN GRAN ABRAZO; QUE LINDO SALUDO DE CUMPLEAÑOS A ERICKITO. BENDICIONES

Erick Miraval dijo...

Gracias querido tío-hermano. Demiurgo de imágenes construidas con palabras. Aun en momentos apacibles me sigo meciendo. Y en cada fragmento de mi memoria te tengo partícipe de mi aventura. Eres una gran persona, y aun seguirá el tiempo contruyendo para nosotros, un plano transversal de espacio y tiempo. Estoy feliz de la familia que me formó en las agallas y la inconsciencia de construir con pasión y lucha mis valores. Un fuerte abrazo.

ross dijo...

Tin que genero literario personalizado empleas para con palabras describir tan bien al personaje, me regresaste en el tiempo.

Berta dijo...

"...vaya homenaje muy merecidas a tú queridisímo sobrino joven ,famoso pintor, es el orgullo de un tío que le vio crecer va nuestras felicitaciones de vuestros tíos Napoleón y Berta"

Vanessa Magaly dijo...

"Me encantó lo q le dedicaste a tu sobrino. Eres un talento con la redacción. Lindo"

Anónimo dijo...

Me agrego. muy interesante

Emicita dijo...

a pesar de la distancia, los mas gratos recuerdos se llevan por siempre.....muy bonito dr. martin.

aikko dijo...

Que no escriba, no significa que no lea...

YA TE EXTRAÑO

Pareciera que no hay nadie, ni una sola persona en mi entorno que pudiera terminar de entender la dimensión de este particular univ...