jueves, 18 de junio de 2009

EL PAPÁ ERRANTE


Las horas y los días parecen repetirse, la misma rutina, la cotidianidad mas insulsa, una vida alimentada solo con la esperanza de un día volver a hacer una vida normal al lado de los suyos, sin mayores pretensiones, como antes, junto a su esposa y sus hijos, no importa donde, no importa cuando, pero juntos, donde los llevara el destino, sin tener que depender de un correo lento para tener noticias o ser consciente de la fría distancia de miles de kilómetros, cordilleras, selvas y desiertos de por medio para tenerse cerca.
La ansiedad no es poca cuando está ante fechas emblemáticas que recuerdan reuniones lejanas en el tiempo o en que se imagina un presente ideal entrando por la puerta de casa cargado de regalos e historias por contar, sabe que hasta se conformaría simplemente con llegar hasta ellos, dando gracias por la bendición de tener a su familia a su lado o de poder ir a ver a su anciana madre.
No puede ser vano tanto sacrificio, no puede ser vana toda esta soledad mereciendo otros momentos de unión familiar. Esperará pacientemente unas vacaciones austeras en que por unas pocas semanas acudirán a hacerle compañía unas veces su hija, o su esposa y el menor de sus hijos, o quizá un día hasta su hermana y su sobrina, lleguen para darle calidez de hogar a su frío espacio convertido en su casa y su trinchera, en que un improvisado mobiliario hará las veces de perfecto comedor. Dejará de hacer frío, y aunque quizá hasta llueva nada impedirá salir a recorrer esos mismos lugares testigos de su desarraigo, esos mismos lugares que mostrará con candor e inocultable orgullo, sus nuevos pagos, su extensa y lejana jurisdicción, su lugar de trabajo; no tiene idea de cuanto de eso quedará grabado en la memoria de esos otros, los suyos, solo sabe que aun a la distancia se puede seguir estando cerca.
Es entendible que muchas veces las cosas en la vida no resulten como las planeamos, los proyectos y emprendimientos familiares no siempre tienen éxito, a veces hay que volver a empezar de cero, ajustarse el cinturón mil veces, hacerse de tripas corazón y optar por las oportunidades que se presenten, dar un golpe de timón, aun cuando ello signifique hacer concesiones dramáticas como alejarte físicamente del hogar y de los tuyos.
Cuando hubo que hacerlo este errante no pudo darse el lujo de pensarlo demasiado, solo tomar el reto, dar las gracias por la oportunidad y hacerse de lo indispensable antes de partir a su propio exilio laboral, un destino de sierra norteña nunca antes andado, -un ejemplar de “Documental del Perú” le dio algunas pistas de lo que le esperaría-, no era el lugar mas emblemático o conocido de las provincias de Cajamarca como si lo eran otros tan mentados como la propia Cajamarca capital del departamento, Chota ó Celendín, sin embargo las notas del libro hablaban de un lugar incomparable y apacible, con su propia historia, muy tradicional, de hermosa campiña y con un gran parque nacional: era Cutervo, con su capital situada a los pies del cerro Ilucán, el otro Cajamarca, el menos conocido, el que todos se estaban perdiendo por no haber ido a conocerlo, por no haber recorrido aún sus calles en carnaval o sus ferias de los domingos viendo esa gran alfombra de ponchos rojos y granates, alforjas y sombreros enormes de paja en la explanada del mercado y que es todo un espectáculo que yo vería embobado tantas veces desde el balcón de la Sub Prefectura, todo eso y más es Cutervo con sus corridas de toros en las Fiestas de San Juan en junio o la Feria de la Virgen de la Asunción en febrero con retretas en su plaza escuchando alguna gran banda de músicos como cuando me tocó escuchar a la legendaria Banda de Músicos Santa Lucía de Moche. Cutervo es una provincia que también guarda lugares incomparables repartidos en otros distritos como Sócota, Callayuc, Choros, Cujillo, La Ramada, Pimpingos, Querocotillo, San Andrés, San Juan, San Luis de Lucma, Santa Cruz, Santo Domingo de la Capilla, Santo Tomás ó Toribio Casanova.

Indudablemente las artes del destino o un designio superior brindaron al errante un rumbo geográfico con una gran belleza y potencial que albergaba gente que lo acogió tan bien o mejor que si lo hubieran hecho sus coterráneos en circunstancias difíciles, eso hizo menos grave la distancia y el alejamiento familiar, menos pesada la carencia de contacto directo con sus afectos principales; nuevas amistades, nuevos retos, en tiempos en que desplazarte a otro lugar significaba el desarraigo y el no pensar en la temporalidad sino en un cambio radical por un período extenso, de larga permanencia. Un encargo y un trabajo gubernamental le confirieron llegar con prerrogativas de autoridad que supo ejercer con sabiduría y tino, así se ganó la simpatía y respeto de todos, sin aspavientos, con mucho de sí, con honestidad, decencia y gran derroche de carisma, como en todos los aspectos de su vida.
Tiempo después repitió trabajos similares en otros lugares, algunos lejanos e insospechados como Lircay en Huancavelica, o mas próximos a casa como La Unión, Panao y Ambo en Huánuco, en cada lugar sembró y cosechó respeto y amistad, a cada lugar llevó una parte de su hogar y nos llenó de orgullo, de cada lugar volvió cargado de experiencias y recuerdos, de cada lugar me emocionó tanto verlo volver aunque lo hiciera con ese pesado maletín de cuero repujado negro, ya serían otros tiempos, ya estaba mas cerca.
El paralelo y las analogías son inevitables, identificarse es natural, las coincidencias son abundantes, solo cambian los escenarios, los tiempos y los personajes, la historia y experiencias parecen tan mías, en estos tiempos en que me toca estar lejos del hogar, lejos de los míos, en que las vivencias a veces cuentan de noches con uno mismo y nadie mas, o de monólogos con el espejo, o de las ingentes cantidades de galletas y leche que consumo, en esos momentos es que pienso en el errante padre mío y como habrían transcurridos sus días lejos del hogar, las que habrá pasado sereno y firme.
Ahora que se acerca el día del padre, el primero de los nuevos y desconocidos “días del padre” que serán tan diferentes a partir de este año 2009 en que no podré abrazarlo ni oírle decir “gracias niñito yo también te quiero mucho”, ahora es cuando mas lo entiendo y me identifico con él y con lo que hizo a lo largo de su existencia, ahora en que hasta lo mas imperceptible de nuestras vidas adquiere presencia e importancia.
Mi viejo, mi querido viejo, mi Padre, sintiéndome parte suyo a su imagen y semejanza, viviendo en mí, en mi Madre, en mis hermanos, en mis sobrinos, en mis tíos y tías y primos y en todo aquel que tuvo el privilegio de conocerlo y quererlo. Un saludo a tu memoria Viejito lindo con todo el amor del mundo recordando esos abrazos fortísimos que siempre nos dimos...
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Cutervo, Plaza Principal - Fotografía de: José Saavedra De los Ríos
Papá surcando el Río Pachitea - Fotografía de: Autor del blog

2 comentarios:

NANCY dijo...

Hola primito, me ha conmovido tu mensaje y me auno a tus sentimientos, y como tu dices es el primer año con el tio Lu ausente fisicamente pero siempre estará en nuestro corazón, les quiero mucho.
Un abrazo
Nancy

vichi3005 dijo...

hola amigo que bonito recordar las vivencias de su padre despues de muerto es agradable maravilloso y lo mas lindo es seguir recordarlo
saludos y un fuerte abrazo de tu amigo
hugo betti
19-06-09

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